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Caso 39

     
 

Autor:

 

María Consuelo Pardo Gil

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

DIAGNÓSTICO FINAL: PLEUROPERICARDITIS

En angio-TC no se observó obstrucción de arterias pulmonares (no TEP)

¿Por qué la rx de tórax es la primera prueba que se hace?

La radiografía de tórax en dos proyecciones constituye un pilar diagnóstico no invasivo del paciente cardiológico por: su eficiencia diagnóstica, dada par su sensibilidad y especificidad, su reproductibilidad, su validez, su adaptabilidad y su aceptabilidad, así como su bajo riesgo y costo, que conlleva una excelente relación costo-efectividad, costo-utilidad y costo-beneficio. De la misma forma, es la primera prueba radiológica al evaluar un paciente con síntomas de enfermedad torácica.

Ante Dímero D elevado en una paciente con disnea, hay que considerar la sospecha de Tromboembolismo Pulmonar (TEP), por lo que se realiza una angio-TC de arterias pulmonares, que excluye de forma segura el TEP de no alto riesgo si la probabilidad clínica pre-prueba es baja o intermedia; ya que permite identificar trombos hasta el nivel segmentario. Tiene la ventaja sobre la ecografía de MMII de que permite visualizar el territorio ilíaco y la vena cava inferior.

El aumento del tamaño de la silueta cardiaca puede deberse a un aumento del tamaño de las cavidades cardiacas o a la presencia de derrame pericárdico, que es lo que ocurre en este caso, pues se manifiesta en la radiografía con una morfología del corazón típica en “tienda de campaña” o de bota. Y en la TC se manifiesta como una banda de líquido que rodea al corazón (hipodensa con respecto al músculo cardiaco de las cavidades), ya que, al pasar el contraste intravenoso por la luz de los vasos sanguíneos al corazón, las cavidades cardiacas realzan y las podemos distinguir del músculo y del derrame pericárdico, más externo.

Además, en la rx de tórax, el seno costofrénico izquierdo está ocupado por una opacidad que: contribuye a desviar contralateralmente la tráquea, borra los contornos del corazón y el hemidiafragma izquierdo y produce el “signo del menisco de Damoisseau”. Por lo que se trata de un derrame pleural izquierdo. El derrame pleural aparece en la TC como un acúmulo de líquido (misma densidad que el derrame pericárdico) que rodea el pulmón izquierdo y la arteria aorta.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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Gonza?lez Porras, J. and Fidalgo, M. (2011). Vi?a cli?nica enfermedad tromboembo?lica venosa. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, p.32.

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J. Piñeiro. Radiología del tórax. En: Argente, H. and Alvarez, M. Semiología médica. Buenos Aires: Médica Panamericana; 2014. p 503-506.

3.

Poster SERAM 2014 / S-1023. El pericardio. De la radiografía de tórax a la resonancia cardíaca. M. R. Rodríguez Mondéjar, L. Hernández Sánchez, J. M. Plasencia Martínez, M. Huertas Moreno, M. L. Rodriguez Rodriguez, A. Sánchez González; Murcia/ES. Disponible en: https://posterng.netkey.at/esr/viewing/index.php?module=viewing_poster&task=viewsection&pi=125029&ti=410759&si=1419&searchkey=

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