La radiografía de tórax se realiza para evaluar los pulmones, el corazón y la pared torácica, siendo, generalmente, el primer examen de imágenes utilizado para ayudar a diagnosticar síntomas tales como: dificultad para respirar, tos fuerte o persistente, lesión o dolor en el pecho o fiebre.
De este modo, en nuestro caso, estaría más que clara su utilidad.
Nota: En las radiografías simples de tórax se puede observar alguna anormalidad en casi el 98% de los pacientes con un carcinoma broncogénico, y el 85% son imágenes sugestivas para sospechar el diagnóstico por las alteraciones pulmonares distales (atelectasia), la existencia de adenopatías (ensanchamiento mediastínico) o detección de invasión torácica, incluida la pared. La radiografía de tórax detecta el 75% de los cánceres de pulmón.
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