DIAGNÓSTICO FINAL: Hematomas subdurales agudos bilaterales fronto-parietales.
DISCUSIÓN
El método diagnóstico que se llevará a cabo es una TC craneal sin contraste, pues se trata de una prueba que requiere de poco tiempo y tiene una buena capacidad diagnóstica (la que ofrece una radiografía craneal simple es muy limitada y para la patología cerebral tenemos pruebas de imagen que nos proporcionan mucha mejor información). No se utilizaría la RM debido a que necesitamos que el diagnóstico sea lo más rápido posible.
Para establecer el grado de densidad de la lesión, la comparamos con la densidad del tejido en el que se asienta, ya que esta produce cambios en las características del mismo que derivan en alteraciones en la atenuación normal y con ello cambio en las unidades Hounsfield y en el brillo en los pixeles. En este caso, observamos áreas hiperdensas e isodensas en ambas convexidades frontoparietales lo que nos orienta a que se trata de un cuadro agudo-subagudo. Si la lesión fuera hipodensa sería un proceso crónico. Además, encontramos signos de resangrado ya que la lesión se muestra heterogénea debido a los componentes mixtos de la hemorragia: flujo fresco de sangre no coagulada (isodensa) y sangre coagulada (hiperdensa).
Por otro lado, las lesiones ejercen efecto de masa sobre los surcos cerebrales subyacentes y el sistema ventricular supratentorial, pero no se aprecian alteraciones densitométricas en el parénquima encefálico. En la glándula pineal observamos una zona hiperdensa que se corresponde con un lipoma de 6mm de tamaño.
El hematoma subdural es un acúmulo de sangre que se produce entre la duramadre y la aracnoides. Esa sangre procede de la rotura de un vaso, generalmente una vena puente. La causa más frecuente es el traumatismo craneal que se produce como consecuencia de un golpe en la cabeza. En la Tomografía Computarizada el hematoma subdural agudo se observa como una masa en forma de “luna creciente” adyacente a la tabla interna del cráneo con atenuación incrementada. La localización típica es sobre la convexidad, pero se puede encontrar interhemisférica, a lo largo del tentorio o en la fosa posterior.
En la historia clínica de nuestro paciente no se refiere que haya sufrido ningún traumatismo craneoencefálico, ni hay estigmas externos que lo sugieran por lo que es necesario incluir en el diagnóstico etiológico otras posibles causas, como la rotura de una malformación vascular o la rotura de un aneurisma cerebral (evento altamente infrecuente). Además, hay factores predisponentes, como por ejemplo el uso de agentes antitrobóticos ( el paciente está tomando tratamiento antiagregante), que aumentan el riesgo de HSDA hasta 7 veces en varones y hasta 26 veces en mujeres.
En conclusión, en el diagnóstico diferencial del HSDA no traumático debe considerarse la rotura de un aneurisma cerebral, por lo que es necesario incluir una angiotomografía en el estudio diagnóstico inicial, con el objetivo de evitar errores diagnósticos que lleven al tratamiento inadecuado de esta patología.
El tratamiento de estas lesiones suele ser el drenaje quirúrgico. Si la sangre está más o menos localizada, se puede practicar un agujero en el cráneo para acceder al hematoma y aspirarlo. De esta manera, se elimina la presión sobre el cerebro.
El diagnóstico diferencial se debe realizar con otras causas de deterioro neurológico agudo postraumático como hematomas intraparenquimatosos, fundamentalmente, lo que es fácil con el TAC simple, sin necesidad de otras pruebas.