Radiografía anteroposterior y lateral. La mayoría de los tipos de cáncer de hueso aparecen en las radiografías del hueso y el radiólogo puede determinar si un tumor es maligno mediante su aspecto en la radiografía, aunque únicamente la biopsia puede determinarlo con certeza. En la mayoría de las variantes de osteosarcoma una radiografía simple es prácticamente diagnóstica. Típicamente, las lesiones se sitúan en las metáfisis de los huesos largos, más frecuentemente en la rodilla (como ocurre en nuestro caso). Las lesiones mostradas en las radiografías son de límites mal definidos, acompañadas de destrucción del hueso cortical, con localización medular central, reacción perióstica discontinua y zona de transición ancha.
RM. La RMN ha sustituido a la tomografía computerizada (TC) como prueba de elección en la determinación de la extensión de enfermedad local. Aunque la TC detalla mejor la extensión de la destrucción ósea, la RM tiene la ventaja de proporcionar imágenes axiales múltiples, un mayor detalle en la valoración del componente de partes blandas y en la relación del tumor con estructuras neurovasculares adyacentes. Además es más sensible a la hora de cuantificar la extensión de la afectación intramedular.
En un principio podríamos pensar que se trata de un sarcoma de Ewing, ya que afecta a huesos largos, es común en niños, y cursa con hinchazón y dolor; pero podemos descartarlo porque nuestra paciente no cuenta con el resto de síntomas característicos, no tiene cansancio sin causa aparente, ni fiebre sin causa conocida ni presenta pérdida de peso. Asimismo, esta patología en la radiografía se caracteriza por reacción perióstica discontinua en capas de cebolla (crecimiento cíclico).
Finalmente nos decantamos por el diagnóstico de osteosarcoma, ya que el caso presentado, aunque no presenta una matriz osteoide hiperdensa típica (pues es un tipo histológico raro: osteosarcoma osteobástico, diferente del convencional), presenta reacción perióstica discontinua espiculada (destrucción continua de la cortical).