DIAGNÓSTICO FINAL: FRACTURA MULTIDIRECCIONAL Y CONMINUTA QUE AFECTA A CUERPO ESCAPULAR, ESPINA Y GLENA DERECHA.
DISCUSIÓN
La radiografía simple es el examen básico y, habitualmente, no se debería realizar un examen de TC o RM sin una radiografía simple previa de la zona de interés. Elegimos esta técnica en primer lugar porque es una prueba que nos sirve para diagnosticar una posible fractura ante la sospecha clínica previa. Nos permite un rápido diagnóstico, siendo a la vez, una prueba barata, de amplia disponibilidad; y que no siempre requiere de un radiólogo especialista para su interpretación. Además, aporta información de la mayoría de las alteraciones óseas.
En este caso, hacemos una radiografía AP y lateral. Podemos observar en la placa una discontinuidad de la cortical ósea a nivel de la glena escapular derecha. La parte superior de la escápula presenta irregularidades, aunque no se puede conocer la extensión de la fractura. A partir de esta placa, no se observan aparentemente signos de neumotórax; dato importante teniendo en cuenta la frecuente asociación entre fractura escapular y neumotórax. No obstante, se debería completar con una radiografía de tórax PA.
Tras confirmar el diagnóstico, hacemos una TC con el fin de visualizar de forma más nítida la extensión total de la fractura; ya que la TC es el gold standard para el diagnóstico de la fractura. Además, es muy útil para la planificación del tratamiento quirúrgico. Esta prueba de imagen es, asimismo, más barata y con mayor disponibilidad que la RM.
Los equipos de TC modernos proporcionan un excelente detalle óseo y articular; y permiten la realización de reconstrucciones multiplanares y tridimensionales. De hecho, en este caso, gracias a la reconstrucción MPR y VR, podemos descubrir el alcance de la fractura.
En la TC se observa bien la cortical y podemos objetivar las líneas de fractura. Estas comienzan en la glena y las líneas de fractura se desplazan hacia el cuerpo y la espina de la escápula. No se aprecian fragmentos libres intraarticulares, ni tampoco afectación del acromion o fractura en la extremidad proximal humeral, clavícula ni costillas. Sí podemos apreciar un leve-moderado derrame articular y dos pequeñas calcificaciones insercionales en el tendón subescapular.
Las fracturas escapulares son poco frecuentes. Comprenden aproximadamente el 1% de todas las fracturas; y en general, a diferencia de este caso, suelen asociarse con otras adicionales, como costillas, clavícula… Esto se debe a la elevada fuerza necesaria para producir esta fractura, que además, debe ser directa.
La fractura escapular más frecuente es la del cuerpo escapular (50-70%); y la segunda más frecuente es la del borde glenoideo.
En conclusión, se trata de una fractura multidireccional ( no sigue un mismo plano, cambiando de trayectoria) y conminuta (al existir múltiples fragmentos) de la glena, el cuerpo y la espina de la escápula.