DIAGNÓSTICO FINAL:
Conglomerados silicóticos.
DISCUSIÓN:
Los datos semiológicos que presenta este paciente son sugestivos de patología pulmonar, por ello, primeramente, le realizamos una radiografía simple de tórax como primera prueba diagnóstica, por su disponibilidad, bajo coste económico y escasa dosis de radiación que recibe el paciente. Siempre que sea posible se debe realizar las radiografías en las dos proyecciones: posteroanterior (PA) y lateral (L).
Tras la realización de esta prueba hay que realizar un correcto análisis de las imágenes, para ello se debe seguir un modelo esquematizados que nos permita identificar cualquier alteración que pueda encontrarse en el tórax. Para ello, vamos a seguir las siguientes preguntas:
- ¿El parénquima pulmonar está bien aireado y bilateralmente simétrico?
- ¿Hay imágenes nodulares o infiltrados parenquimatosos pulmonares?
- ¿Los senos costofrénicos y cardiofrénicos son normales?
- ¿Las vértebras dorsales inferiores son de menor densidad que las superiores?
- ¿La silueta cardiomediastínica es normal?
- ¿Son los hilios normales y bilateralmente simétricos en tamaño y densidad, estando el izquierdo más elevado que el derecho?
- ¿Es el esqueleto regional normal? ¿Y las partes blandas?
Tras el análisis de las imágenes de este paciente, observamos un patrón micronodular difuso bilateral con conglomerados formando masas, no se aprecian adenopatías mediastínicas, derrame pleural ni pericárdico, y se ven unos hilios normales. Por lo tanto, se tendría una sospecha diagnóstica de silicosis.
Para poder confirmar el diagnóstico, es muy importante indagar en los antecedentes laborales del paciente, ya que la silicosis es una neumoconiosis producida por la inhalación de moléculas de sílice cristalina. Estas partículas de sílice (menores de 5 micras) alcanzan el parénquima pulmonar y son fagocitadas por los macrófagos, pasando a sus lisosomas, cuyos mecanismos destructivos (enzimas, radicales de oxígeno) no son capaces de destruirlas, y acaba destruyéndose el macrófago, lo que produce la liberación de los enzimas y radicales libres que potencian la inflamación, generando la producción de más radicales libres de oxígeno, lo que ocasiona daño pulmonar, que conduce a fibrosis.
Por lo tanto, es muy relevante la historia laboral del paciente, ya que la inhalación de sílice se produce, principalmente, en el ámbito laboral, en profesiones como la minería, construcción…
Además, de una radiografía simple de tórax y los antecedentes laborales del paciente, cuyos datos son más que suficientes para emitir un diagnóstico final de silicosis, se puede realizar un TCAR para completar el estudio y poder descartar otras posibles patologías.
El TCAR posee mayor sensibilidad y especificidad para evaluar la enfermedad intersticial y neumoconiosis, pero hay una falta de estandarización clara de su lectura, lo que aumenta la posibilidad de producir falsos positivos en el proceso diagnóstico. Por esto, el TCAR no es una exploración recomendada para el cribado de silicosis. Además, de que esta prueba emite una elevada radiación. Por ello, se realizará un TCAR como prueba complementaria cuando sea necesario y nos vaya a aportar información relevante para prevenir el progreso de la enfermedad.
En este caso, tras realizarle el TCAR a nuestro paciente, observamos de nuevo esos infiltrados pulmonares bilaterales conformando masas, lo que se denomina «conglomerados pulmonares», por lo que podemos emitir un diagnóstico definitivo de silicosis.
Por último, respecto al tratamiento, no existe uno específico para la silicosis, pero es importante retirar la fuente de exposición a la sílice para evitar el empeoramiento de la enfermedad. Sin embargo, se puede indicar un tratamiento complementario que comprende antitusígenos para tratar la tos seca irritativa, broncodilatadores y oxígeno, siempre que sea necesario. Además, se pueden prescribir antibióticos para infecciones respiratorias.