DIAGNÓSTICO FINAL
Carcinoma pulmonar con metástasis cerebrales, pulmonares, ganglionares (mediastínicas) y hepáticas.
DISCUSIÓN
Ante el caso de un paciente con 64 años de edad que cuenta con varios factores de riesgo cardiovacular (obesidad, HTA) y con clínica neurológica evidente, la primera sospecha diagnóstica puede ser un accidente cerebrovascular, por lo que la prueba complementaria diagnóstico de elección es el TAC cerebral. Si bien el paciente ha referido una debilidad en miembros inferiores de varios días de evolución y el comienzo de la clínica no es súbito (como suele ocurrir normalmente para iniciar el protocolo de un “código ictus”), la hemiparesia izquierda y la asimetría facial en la exploración clínica así como los factores de riesgo y la edad del paciente obligan a realiza el TAC cerebral como prueba imprescindible para llegar a un diagnóstico.
Los resultados del TAC cerebral evidencian lesiones hipodensas, que podrían ser compatibles con lesiones de baja vascularización por isquemia, pero que enseguida se descartan por el importante edema vasogénico digitiforme evidente en las tres lesiones más visibles en la región frontal córtico-subcortical izquierda en la región parietotemporal derecha que ejercen un efecto de masa significativo sobre el sistema ventricular con desplazamiento de las estructuras de la línea media y herniación uncal incipiente hacia la izquierda.
Con un diagnóstico claro de proceso de origen tumoral maligno se debe ampliar el estudio para conocer el foco principal del tumor así como las posibles metástasis que pudieran aparecer para orientar el tratamiento. Para ello se solicitan “estudios de extensión” que, dependiendo del caso, se orientarán en algunas pruebas complementarias radiológicas o en otras, dependiendo del sexo del paciente (en el sexo femenino es más frecuente el cáncer de mama, y en el masculino el de próstata. Esto orienta al facultativo a pedir de forma prioritaria algunas pruebas radiológicas dependiendo de la sospecha), antecedentes personales y familiares u otros hallazgos clínicos.
En este caso clínico se solicita una RX de tórax simple y un TAC toracoabdominal con contraste para estudio más completo y pormenorizado. La RMN cerebral también debería ser una prueba de elección en este caso, con contraste con gadolinio. La RMN es menos accesible y más laboriosa en cuanto a realización, por lo que se opta en primer lugar por pruebas radiológicas más accesibles y que puedan proporcionar información más rápidamente. Los resultados de la RX de tórax y del TAC toracoabdominal son concluyentes para confirmar el diagnóstico de sospecha inicial: un proceso tumoral maligno con diseminación metastásica cerebral y hepática. El origen probablemente sea pulmonar por la evidente extensión de lesiones a nivel pulmonar e hiliar, con especial diseminación linfática mediastínica, típica del comportamiento del cáncer de pulmón. Se observa también una lesión metastásica hepática, que no disemina y se encuentra aislada, por lo que el origen en principio no parece ser a nivel hepático.
El tratamiento médico de elección para un paciente de estas características será el resultado del trabajo de un equipo multidisciplinar donde se implica al paciente y su familia en la toma de decisiones, sea este curativo, conservador o paliativo.