7. DIAGNÓSTICO FINAL: fractura aguda inestable del axis, tipo II (Anderson y D´Alonzo)
8. DISCUSIÓN: la tomografía computarizada craneal ha sido en las últimas décadas la técnica más usada para el diagnóstico de los pacientes con traumatismos craneoencefálicos, debido a que es una técnica más rápida y más económica que una resonancia magnética.
Cuando acude un paciente anciano que ha sufrido un traumatismo craneoencefálico (en este caso por una caída), la primera prueba de elección debe de ser la tomografía computarizada, incluso en aquellos que aparentemente estén en buenas condiciones, porque es necesario que confirmemos que no tienen ninguna minúscula lesión que pueda complicarse hasta el punto de requerir cirugía. Además de mostrar con gran detalle hemorragias intracraneales, en este caso en concreto nos interesa solicitar una TC craneal, ya que a diferencia de la RM, tiene una gran sensibilidad para detectar fracturas óseas. Es importante sospechar de fracturas óseas en pacientes ancianos que sufren traumatismos craneales, porque suelen presentar algún proceso degenerativo en sus huesos.
Como en la primera prueba vimos que el problema se hallaba a nivel cervical, realizaremos una TC cervical, puesto que es considerada la prueba gold standard para la identificación de fracturas de columna cervical en la población geriátrica.
Además, por las imágenes radiológicas de esta paciente, podemos deducir que su fractura se debe a un mecanismo de hiperextensión de la cabeza al haber caído al suelo, lo que hace que la odontoides sea implantada por el arco anterior del atlas. En estos accidentes, las fracturas del axis son las más frecuentes del raquis cervical, y dentro de las fracturas del axis, las más comunes son las fracturas de la apófisis odontoides.
La clasificación de Anderson y D´Alonzo se basa en describir la ubicación exacta de la fractura de la odontoides. Este caso se trataría de una tipo II (fractura instable que afecta a la unión entre la odontoides y el cuerpo del axis), por lo que tiene un riesgo de evolucionar hacia pseudoatrosis en el 36% de los casos.
Debemos de actuar rápidamente con estos pacientes y buscar la sintomatología acompañante, que suele ser dolor intenso y profundo en región suboccipital con rigidez cervical, y si se llega a comprimir el tracto piramidal, puede aparecer una parálisis cruzada de Bell.