DIAGNÓSTICO FINAL: Carcinoma ductal infiltrante
DISCUSIÓN:
El cáncer de mama es hoy en día la neoplasia maligna más prevalente en la población femenina. De ahí la importancia de contar con métodos diagnósticos que nos permitan una detección lo más precoz posible.
La mamografía es la única modalidad de detección que ha demostrado reducir la mortalidad específica en estas pacientes. Es por ello la técnica utilizada como screening en las campañas masivas de detección de cáncer de mama, destinadas a disminuir la mortalidad debida a este. Es el caso de nuestra paciente, quien gracias a la mamografía de cribado pudo ser diagnosticada. A pesar de ser el método de imagen más empleado, tiene un gran inconveniente: la sensibilidad de esta prueba es muy variable. Este problema deriva de la variabilidad en la composición que presenta la mama de cada paciente. Podemos diferenciar hasta 4 patrones según la proporción de tejido mamario frente al tejido graso. Así, en la imagen mamográfica, una mama tipo A con predominante tipo graso será radiolúcida; mientras que una mama tipo D formada por tejido glandular fundamentalmente dará una imagen hiperdensa. Esta última, llamada “mama densa”, es la gran debilidad de la mamografía, ya que el tejido mamario normal y el tumor son muy difíciles de distinguir en esta técnica. Nuestra paciente se encontraría en la categoría de mama tipo B, siendo “sencillo” diferenciar la lesión del tejido glandular.
Una posible solución al problema de las mamas densas es la tomosíntesis mamaria digital. Con este método de imagen podemos obtener múltiples planos paralelos al detector de un grosor mínimo, evitando la superposición de estructuras y permitiendo mejor caracterización de las lesiones mamarias. La complementación de la mamografía tradicional con esta técnica conlleva un aumento de la sensibilidad, solucionando en parte el obstáculo que supone la inconstancia de la densidad mamaria en las diferentes pacientes.
Otra prueba de imagen que debemos tener en cuenta es la ecografía mamaria. El algoritmo de manejo funciona según la edad de la paciente. En pacientes mayores de treinta años se opta por la mamografía. La edad ha ido bajando debido al aumento de incidencia en población más joven. Si es menor de treinta años, o también en caso de embarazo o lactancia, optaremos por la ecografía. Tanto una prueba como la otra se van a complementar entre sí, como ocurre en el caso de nuestra paciente a la que se le realizó una ecografía para ratificar los hallazgos mamográficos. En las imágenes ecográficas, los nódulos sospechosos suelen ser hipoecoicos, con márgenes lobulados o espiculados difíciles de definir. También pueden mostrar sombra acústica posterior. Es el caso del nódulo estudiado en este caso clínico. Los nódulos típicamente benignos se caracterizan por estar circunscritos, con unos márgenes muy bien definidos que los separan del parénquima circundante. En el caso de que sean de contenido líquido, como los quistes, se observará una imagen anecoica acompañada de refuerzo posterior. Varios estudios han demostrado que, en mujeres con mayor riesgo, como aquellas con densidad mamaria alta, complementar la imagen mamográfica con un estudio ecográfico puede aumentar las tasas de detección de cáncer, en particular en mujeres con mamas densas. En el caso clínico no se incluye, pero la ecografía permitió encontrar un nódulo en la mama derecha no visible con la mamografía, que tras ser analizado resultó ser también un carcinoma ductal infiltrante. Así, comprobamos la importancia de complementar siempre las distintas pruebas de imagen entre sí.
Por último, hablar brevemente del papel de la resonancia magnética. Este método de imagen es la prueba más sensible para la detección del cáncer de mama, superando a las imágenes convencionales con mamografía, tomosíntesis y ecografía. ¿Cuál es el problema? Los costes altos y la duración prolongada de la prueba, que no permiten que tenga una buena relación coste-beneficio. Habitualmente, se utiliza en la categoría BIRADS 6, es decir, cánceres de mama confirmados anatomopatológicamente para el estadiaje de la enfermedad. Por ejemplo, tras confirmar el diagnóstico de carcinoma ductal infiltrante de nuestra paciente, se procedió a realizar una RM para completar el estudio y determinar el grado de extensión del cáncer. Actualmente, se están desarrollando protocolos de RM abreviados que permitirían en un futuro ofrecer esta prueba de forma rentable a una población más amplia.