8. DIAGNÓSTICO FINAL: Quiste simple BIRADS-2
9. DISCUSIÓN
Nos encontramos ante una paciente de 42 años con una clínica de dolor de la mama izquierda, sin nódulos palpables. Al tratarse de una mujer mayor de 35 años, el estudio radiológico debe comenzar por una mamografía, o mejor dicho, un estudio mamográfico completo hecho por tomosíntesis, un tipo especial de mamografía.
La mamografía siempre debe hacerse bilateralmente, aunque solo apreciemos en la exploración física lesiones, o en este caso, clínica (dolor) en solo una de ellas. De esta manera nos aseguramos que la mama contralateral no tenga también otras lesiones ocultas.
Cabe destacar que en mujeres lactantes la primera prueba de elección suele ser la ecografía, ya que la mama durante este periodo presenta una proliferación del tejido glandular y de leche, por lo que la mamografía es menos rentable debido a la dificultad de interpretación de las imágenes radiológicas. No obstante, la mamografía no está contraindicada durante la lactancia ni afecta de ningún modo al bebé, pues los rayos X no permanecen en la leche después de finalizar prueba. En esta paciente, debido a que es mayor de 35 años (tiene en este momento 42 años de edad), y a que no tenía mamografías recientes, se decidió comenzar con un estudio mamográfico, seguido de una ecografía.
Al tratarse de una mujer en periodo de lactancia, podríamos dudar si el estudio debería iniciarse con un tipo especial de mamografía, la galactografía, por si su problema estuviese dentro de un conducto galactóforo, pero no es así. La galactografía es una prueba que consiste en la localización del conducto que tiene la secreción (por ello es necesario que exista secreción por el pezón al momento del examen) para su posterior dilatación e inyección de contraste iodado. Una vez inyectado el contraste, se realizan varias mamografías que nos permiten ver si existen tumores localizados dentro del conducto, responsables de secreciones patológicas.
Esta prueba está indicada después de haberse realizado una mamografía en la que no se hayan obtenido hallazgos que justifiquen la sintomatología de la paciente, pero existan secreciones anormales (sanguino purulentas) por el pezón.
Nuestra paciente no cumple dichas indicaciones, por lo que como ya hemos dicho, nuestra prueba de elección sería la mamografía bilateral, en dos proyecciones: craneocaudal (CC) y oblicua mediolateral (OML). De esta manera conseguimos ver la mama completa y la cadena ganglionar axilar. Además nos permite localizar mejor el cuadrante en el que se sitúa la lesión en cuestión.
En la mamografía CC y OML bilateral, encontramos unas mamas de tipo C , con un nódulo denso que pierde contorno en la mama izquierda. La mama derecha es normal, y no se encuentran adenopatías axilares.
Con esta información no podemos determinar aún la naturaleza de la lesión, y por ello el BIRADS es 0 (necesita pruebas complementarias), por lo que continuamos ahora con la siguiente prueba requerida, la ecografía, que es la mejor prueba complementaria tras la mamografía. La ecografía es la que más nos va a ayudar a determinar la naturaleza del nódulo encontrado en la mamografía (sólido o quístico).
El ultrasonido de la paciente revela un quiste simple mamario (nódulo anecoico con refuerzo acústico posterior), de bordes bien definidos, por lo que estamos ante un hallazgo totalmente benigno. Ya tenemos el diagnóstico y podemos dar por finalizado el caso. Sabemos que su contenido es líquido y no sólido (carcinoma mamario o fibroadenoma) porque estos últimos no nos darían un nódulo anecoico, sino hipogénico. La mama contralateral y las axilas eran normales.
Este quiste obtiene una clasificación BIRADS-2 (hallazgos benignos), por lo que no requiere mayor control.
La paciente deberá seguir con sus mamografías de cribado correspondientes.