6. Diagnóstico final: carcinoma microcítico de pulmón con metástasis hepáticas
7. Discusión:
La disnea y el dolor torácico son dos de los síntomas más frecuentes de consulta en urgencias. Cuando un paciente llega a urgencias con disnea, se inicia el estudio etiológico del paciente, al mismo tiempo que se realizan intervenciones terapéuticas para estabilizar al paciente.
En primer lugar se realiza una anamnesis y una exploración física exhaustiva, que nos puede proporcionar amplia información sobre la posible patología del paciente. La mayoría de los pacientes que acaban siendo diagnosticados de cáncer de pulmón, presentan síntomas al momento del diagnóstico y no existen síntomas tempranos específicos. La sintomatología del cáncer de pulmón está determinada por el crecimiento endobronquial, por la diseminación en el tórax o debido a las metástasis a distancia. En este caso, y como ya ha sido mencionado, la paciente presentaba disnea y dolor torácico, aunque no se conoce el tiempo de evolución, ni la existencia de otra sintomatología.
En este caso, cuando la paciente acudió a urgencias se procedió a utilizar a imagenología (estudio y utilización clínica de las imágenes producidas por los rayos X, el ultrasonido, la resonancia magnética , etc.), que proporciona un apoyo invaluable en el estudio de los pacientes con disnea en el servicio de urgencia.
Rx
La radiografía de tórax es útil como primer test diagnóstico en un paciente indiferenciado, como en este caso. Nos muestra el tamaño de la silueta cardíaca, mediastino, silueta aórtica, infiltrado pulmonar, la presencia de masas, neumotórax o derrame pleural, anomalías óseas y algunas otras alteraciones. Tiene como beneficio la baja irradiación, pero en general tiene baja sensibilidad para la mayoría de los diagnósticos. Se le realizó una radiografía de tórax frontal y lateral a la paciente, y en esta se observó la masa situada en al LII, que además se observa mejor en la proyección lateral que en la frontal. También se comparó con una radiografía realizada previamente (en 2018), en la cual aún dicha existía esa masa.
TC
A continuación, se debe realizar un TC toraco-abdominal. La tomografía computada de tórax ofrece buena sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de varias patologías respiratorias, en este caso, nos servirá para observar mejor la masa, su tamaño, su extensión, y cualquier otro dato válido que nos pueda aportar esta prueba. Sin embargo, es un examen costoso, involucra irradiación y exposición a efectos adversos del medio de contraste. En el TC, tanto coronal como transversal, se observa la masa en LII, identificada previamente en la Rx, pero además se observan algunas adenopatías mediastínicas, LOES hepáticas, y lesiones hipodensas óseas, que son sugestivas de una posible metástasis.
Una vez diagnosticada una neoplasia pulmonar en LII, se procedió a tomar la biopsia endobronquial, y se mandó al servicio de anatomía patológica para conocer el tipo de cáncer, que se trataba de un carcinoma microcítico de pulmón. El cáncer microcítico de pulmón (CMP) supone aproximadamente del 20 a 25% del número total de casos de cáncer de pulmón. El CMP es uno de los tumores sólidos de crecimiento más rápido y con mayor tendencia a provocar metástasis a distancia y sin tratamiento su curso es fatal en el plazo de pocas semanas. No obstante, también es uno de los tumores sólidos más sensibles a quimioterapia y radioterapia. A nivel local, la tendencia a de estos tumores a presentarse de forma central y endobronquial suele asociarse con tos, disnea, sibilancias, dolor torácico o manifestaciones de obstrucción bronquial, como atelectasia con o sin sobreinfección asociada. Las manifestaciones a distancia dependen de las metástasis del tumor, siendo los lugares más afectados el hígado, hueso y sistema nervioso central.
El tratamiento dependerá de si se trata de una enfermedad limitada, o como en este caso, diseminada. En el caso de una enfermedad diseminada el tratamiento estándar es la quimioterapia combinando dos o más fármacos (ciclofosfamida, doxorrubicina, etopósido, cisplatino, ifosfamida, carboplatino), con una duración menor de seis meses. Se consiguen tasas de respuesta completa del 20 al 30%. El papel de la radioterapia consiste en la paliación de los síntomas debidos a la extensión intrapulmonar del tumor o a las metástasis a distancia (cerebrales, epidurales y óseas). Si se consiguiera remisión completa de la enfermedad, estaría indicada la irradiación craneal profiláctica.