La señal roja marca la aorta torácica, la azul es la bifurcación de la arteria pulmonar, la rosada es el esófago y la verde se corresponde con un ganglio mediastínico aumentado de tamaño que probablemente se deba a la diseminación linfática tumoral. Apoyando esa teoría tenemos la siguiente imagen:
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En esta imagen se observa el parénquima pulmonar con una ventana de pulmón. De este modo se descubren múltiples nódulos de localización pulmonar que corresponden a metástasis pulmonares por diseminación hematógena.
La capacidad de diseminar por vía hematógena del adenocarcinoma prostático le confiere capacidad para metastatizar hacia gran cantidad de vísceras, pero las más frecuentes son las metástasis óseas. Además mediante un mecanismo de embolia retrógrada, las células tumorales de la próstata tienen tendencia a diseminar hacia las vértebras torácicas bajas y lumbares y metástasis ilíacas. A continuación se presentan dos imágenes que son un claro ejemplo de ello:
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Éstas son dos imágenes vistas con una ventana adaptada al hueso. Gracias a ellas podemos apreciar algunas de las metástasis óseas que presentaba el paciente. Se trata de dos lesiones blásticas ya que el adenocarcinoma prostático produce tumores blásticos y por ello sus metástasis se observan como masas hiperdensas dentro del hueso. La primera se corresponde con una metástasis en el cuerpo de una vértebra torácica baja. La segunda imagen es otra metástasis ósea en la pala ilíaca izquierda del paciente. Estas no son todas las metástasis óseas que presentaba el paciente, pero sí que son las más representativas; también presentaba metástasis en algunas apófisis trasversas y en en otras zonas más rostrales y caudales de la pelvis.
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