La segunda prueba indicada es la TAC porque ofrece muchos más detalles de la anatomía de la zona y permite distinguir con más precisión de qué naturaleza es cada estructura. Además nos aporta una información vital para llegar al diagnóstico y es si la masa anormal en cuestión está asociada a alguna otra estructura que haya pasado desapercibida en la ecografía.
Cabe destacar también que en este caso en particular se escogió la TAC porque la paciente presentaba dolor. Puesto que el primer diagnóstico de sospecha fue un tumor de ovario, y éstos no suelen cursar con dolor, se pensó en una torsión ovárica y fue preciso descartar este cuadro con urgencia.
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Se realiza un TAC de abdomen y esta es la imagen que se obtiene. ¿Qué sugiere?