La Tomografía Computerizada es el examen más ampliamente utilizado en la actualidad en el diagnóstico y estatificación de los tumores pulmonares.
La resolución espacial y de contraste de la TC permite evaluar adecuadamente el tamaño, la localización, la relación de la lesión primaria con estructuras vecinas, el compromiso o afectación ganglionar, la presencia de metástasis intratorácicas (y en ocasiones, extratorácicas como las glándulas suprarrenales o el hígado) y la invasión de la pared torácica (sensibilidad del 80%). Además, con cortes de un espesor de 2.5 mm (o menos) se pueden caracterizar pequeños nódulos (no identificables mediante la radiografía simple convencional).
Ante una pérdida de volumen no justificada o progresiva significativa (colapso o atelectasia), lo primero que se debe descartar es una neoplasia bronquial, ya que la causa más frecuente de atelectasia es la obstrucción. Más del 95% de atelectasias que afectan al lóbulo superior en adultos se asocian a malignidad.
El mejor método para evaluar una masa, como hemos comentado, es la TC. Con esta prueba de imagen se procede a descartar la presencia de otras patologías, que detallaremos posteriormente (Diagnóstico diferencial). Se utiliza la TC con contraste intravenoso para valorar las estructuras vasculares, mediastínicas y el abdomen y desenmascarar las posibles adenopatías, ante sospecha de carcinoma pulmonar u otros procesos infecciosos o tumorales.
El PET-CT también es un estudio de imagen de elección en este caso y será puntualizado más abajo.
RESULTADOS OBTENIDOS (IMAGEN RADIOLÓGICA):