En el diagnóstico del cáncer de pulmón es imprescindible realizar una buena historia clínica: conocer los síntomas por los que el paciente acude a la consulta, averiguar si es o no fumador, el tipo de trabajo que realiza, los antecedentes familiares de la enfermedad y los antecedentes personales de otros tumores. El segundo paso es la realización de la exploración física del paciente, buscando signos y síntomas que puedan corresponder a la enfermedad.
La radiografía de tórax es una prueba imprescindible en el diagnóstico del cáncer de pulmón. La aparición de nódulos o manchas en el pulmón, cambios en el mediastino, o derrames pleurales (acúmulo de líquido en la pleura) son algunos signos sugestivos de la enfermedad.
Otras técnicas diagnósticas que pueden servir de ayuda más tarde, son la broncoscopia o fibrobroncoscopia, la citología o la punción aspiración con aguja fina (PAAF).
En el servicio de Radiodiagnóstico del hospital se le realiza una radiografía simple de tórax PA y lateral.
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