En las imágenes de 2014 vemos un quiste en el lóbulo hepático derecho bien delimitado y de dimensiones de 12’2 cm x 9’06 cm rodeado de una cápsula hiperecogénica y cuyo interior es anecoico debido a la presencia de líquido. Se ven también múltiples excrecencias tumorales ecogénicas extendiéndose por la luz del quiste (parte superior del quiste).

Si nos fijamos, en 2014 este quiste se muestra casi en su totalidad anecoico, mientras que en la imagen de 2015 el quiste ahora muestra ecos internos finos móviles, probablemente debido a una hemorragia intraquística (ya que la sangre es algo más ecogénica que el líquido) y además ha disminuido de tamaño, pasando de 12’2 cm a 10 cm en su diámetro mayor. En esta imagen de 2015, también es destacable la confluencia de algunos septos, que originan un nuevo quiste, por lo que estamos ante un quiste complejo (delimitado con cruces en la imagen).

Ante las imágenes dadas, estaríamos ante la posible sospecha de un quiste hidatídico, ocasionado por el Echinococcus granulosus. En estos quistes es típica la formación de septos (y quistes “hijos” que los rodean) y pueden aparecer hemorragias intraquísticas. No obstante, habría que confirmar el diagnóstico con otras pruebas complementarias, como una biopsia hepática, y descartar otros posibles diagnósticos, como es el caso de un cistoadenoma hepatobiliar.

ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS

Tras la realización de dichas ecografías, lo conveniente es proceder a hacer una biopsia hepática para descartar/confirmar posibles patologías provocadas, entre otros, por parásitos, como los responsables de la formación de quistes hidatídicos. Tras la realización de la biopsia y otras analíticas, los resultados fueron negativos; sin embargo, seguimos pensando en que podría tratarse de un quiste hidatídico, y para continuar con el estudio del caso es necesario llevar a cabo otras pruebas complementarias.